La apariencia física de Santa Teresa de Jesús: caminando hacia la verdad histórica a través del trabajo riguroso.

 


Apertura del sepulcro de Santa Teresa de Jesús.

UNA BIOGRAFÍA QUE DEBE SER MEJORADA

La religiosa Teresa de Jesús fue canonizada hace más de cuatrocientos años, sin embargo, aún quedan bastantes cuestiones por esclarecer en su biografía. Así, importantes asuntos como sus raíces geográficas, las fundaciones, su familia o su nacimiento, todavía deben completarse con informaciones imprescindibles y darse a conocer al gran público, ya que es este, y no otro, el auténtico heredero del legado espiritual e intelectual de la Santa.

En verdad, acerca de su semblanza aún queda mucho trabajo por hacer y es necesario seguir investigando para rellenar los vacíos existentes y corregir los errores e imprecisiones que todavía siguen divulgándose. Tal vez haya llegado el momento de incorporar más contenidos extraídos de las fuentes, incluidas unas cuantas palabras escritas por Teresa de Jesús, pues en ocasiones, estas se anulan o contradicen porque no encajan con las hipótesis o los argumentos de quienes escriben sobre ella.

Pero en un mundo en el que la información se ha vuelto más accesible y la tecnología avanza sin cesar, las investigaciones teresianas también han seguido su camino, y al respecto, debe indicarse como hace varios meses se abrió el sepulcro de la religiosa carmelita y ello sirvió para que se alcanzara un gran logro, ya que ahora, es posible aproximarse a la verdadera apariencia física de Teresa Sánchez de Cepeda.

Por lo que se refiere a su faz, nunca me atrevería a afirmar que el rostro que se ha dado a conocer recientemente, es idéntico al de la religiosa carmelita. Pero si tenemos en cuenta que se ha reconstruido en base a los restos óseos de Teresa y empleando una metodología científica, no queda mucho margen para resistirse a una evidencia: el rostro de Teresa de Jesús fue bastante parecido al presentado este pasado mes de marzo de forma simultánea en la Urbs Aeterna, Australia y la villa ducal de Alba de Tormes.

 


L'Estasi di Santa Teresa. Gian Lorenzo Bernini. Basílica de Santa Maria della Vittoria.

SOBRE LA APARIENCIA FÍSICA DE SANTA TERESA DE JESÚS

Una de las cuestiones a las que suele responderse en cualquier biografía es la relativa a la apariencia física del personaje que se estudia, y al respecto, debe indicarse que el importante legado de Teresa de Jesús y su expansión por todo el mundo pronto convirtieron a la religiosa carmelita en un personaje histórico del máximo interés. Esta universalidad contribuyó a que su estampa y su obra empezaran a difundirse con amplitud, y no solamente de manera oral o escrita, sino también gráfica. Desde hace siglos, aunque sea de manera fugaz, millones y millones de personas de todo el planeta la han imaginado en sus mentes alguna vez. Y en fin, con todo tipo de detalles, los más teresianistas.

Lo cierto, es que ese deseo universal generó una abundante iconografía sobre Santa Teresa de Jesús, que hoy se reparte por todo el mundo. En concreto, fue desde el último cuarto del siglo XVI, cuando su iconografía empezó a realizarse y propagarse por todas partes, de tal manera, que en la actualidad existen miles y miles de expresiones plásticas sobre ella. Así, estas pueden contemplarse en diferentes espacios religiosos, por los museos, en el cine, la televisión, impresas en millones y millones de libros, y en fin, en otros muchos lugares.

Sin embargo, es conveniente ser selectivos si lo que deseamos es aproximarnos a la verdadera apariencia física de esta mística universal. Hasta hace solo unos meses las dos fuentes de información más fiables eran el retrato de fray Juan de la Miseria y la descripción de María de San José, pero a día de hoy, las cosas han cambiado y actualmente contamos con otra más. Así, tal y como se ha dado a conocer estos pasados meses a través de los medios de comunicación, ahora disponemos de nuevos datos, y de un rostro, que se asemeja bastante al que Teresa de Jesús tuvo en vida.

Así, a través de esta nueva aportación se ha logrado dar un gran paso hacia adelante pues el estudio de sus restos y las demás labores llevadas a cabo, han resultado un éxito. Es por ello, que a continuación me centraré en las tres fuentes. Tan solo aportaré unas breves anotaciones, que sin embargo, serán suficientes para que todos los lectores que lo deseen puedan aproximarse a la verdadera apariencia física de la mística española. Y, ciertamente, leyendo los siguientes apartados, cualquier lector podrá imaginar en su mente a Teresa Sánchez de Cepeda en plena madurez.



Retrato de Fray Juan de la Miseria. Copia de Alfred D.

LA PRIMERA VERA EFFIGIES DE FRAY JUAN DE LA MISERIA

El Diccionario de la lengua española indica que una vera effigies es la imagen verdadera de alguien o algo, aunque desde el punto de vista artístico esto puede interpretarse con una mayor flexibilidad, grosso modo, como una aproximación a ello. Por lo que se refiere a Teresa de Jesús, afortunadamente disponemos de una primera vera effigies desde el año 1576, ya que fue entonces cuando un fraile carmelita del Reino de Nápoles llamado Jan Narduck hizo un retrato de ella. Conocido como fray Juan de la Miseria, retrató a Teresa en la ciudad de Sevilla y hoy su obra se conserva en el convento de carmelitas descalzas de esa ciudad.

Lo cierto, es que a Teresa no le gustaba nada posar para ser retratada pero como era una “especie de imposición” de Jerónimo Gracián, fray Juan de la Miseria pudo cumplir con su cometido y finalmente logró plasmar su imagen en el lienzo. Sin embargo, cuando se acercó a ver la obra concluida no se le ocurrió otra cosa que decirle al pobre fraile: “Dios te lo perdone, fr. Juan, que me has hecho padecer lo que Dios se sabe, y al cabo me has pintado fea y legañosa”.

Acerca de esta obra y su autor, todo lleva a pensar que el fraile italiano no era un consumado artista aunque el pintor napolitano realizó un trabajo muy digno y no carente de detalles, que además, ha sido hasta hace algunos meses la única vera effigies de Teresa de Jesús. Pero su trabajo también puede destacarse porque acabó convirtiéndose en un punto de referencia para difundir la imagen más fiable de Santa Teresa de Jesús. Así es, ya que de dicha obra se hicieron varias copias y diferentes tipos de grabados que sirvieron para popularizar su imagen por todo el mundo.

 


María de San José (Salazar).

LA DESCRIPCIÓN FÍSICA DE MARÍA DE SAN JOSÉ

Por otra parte, sobre la apariencia física de Teresa de Jesús debe señalarse que el cuadro de fray Juan de la Miseria no es la única fuente de información valiosa con la que se ha contado hasta hace algunos meses, ya que también existe una descripción detallada escrita por otra religiosa. Con relación a esta descripción, lo primero que debe indicarse es que Teresa de Jesús falleció en 1582, y solo tres años después, una descalza llamada María de San José compuso en Lisboa la obra Libro de recreaciones. Dicha descalza había conocido a una Teresa adulta en Toledo cuando ella aún era adolescente, aunque a lo largo de su vida tuvo más ocasiones de pasar tiempo junto a la Santa, lo que le permitió formarse una imagen bastante completa y objetiva sobre la mística. Gracias a esto, la monja “letrera” —así la llamaba Teresa— ha podido obsequiarnos con unas líneas memorables que ya han pasado a la posteridad. Efectivamente, en “Octava recreación” nos ofrece la mejor descripción escrita que existe sobre la estampa de Teresa de Jesús.

María de San José comienza su descripción centrándose en la estatura de Teresa, indicándonos que era de mediana estatura y antes grande que pequeña. Este dato ha podido corroborarse recientemente, ya que su talla en vida fue de 156,8 centímetros según ha revelado la reconstrucción de su altura por cálculos antropométricos. Y, en verdad, si tenemos en cuenta la estatura media de la población española en el siglo XVI, deberá concluirse que su cálculo visual y la descripción fueron bastantes acertados.

Por otra parte, respecto a la belleza física, todo indica que Teresa Sánchez de Cepeda fue una mujer que podría calificarse como bien parecida, agraciada o guapa. María de San José señala que Teresa tuvo en su mocedad fama de muy hermosa, y añade, que hasta su última edad mostró serlo. Su rostro debía inspirar cierta gravedad a primera vista y no debía pasar inadvertido con facilidad si hacemos caso a lo escrito entonces por la monja letrera: “era su rostro no nada común, sino extraordinario”.

Pero la descalza ofrece numerosos detalles más sobre la apariencia física de Teresa, como por ejemplo, que tenía la frente ancha, e igual y muy hermosa. Sus cejas las describió como anchas y algo arqueadas, y los ojos negros, vivos y redondos: no muy grandes más muy bien puestos. Atenta a cualquier detalle, tampoco dejó de señalar que el labio de arriba era delgado y derecho y el de abajo grueso y un poco caído, aunque de muy linda gracia y color. Por lo que se refiere a sus manos, las calificó como lindas y pequeñas. Y por supuesto, no se olvidó de mencionar entonces los tres lunares en derecho que tenía en el lado izquierdo del rostro.

Por último, sobre esta interesante descripción conviene destacar que María de San José también dejó constancia de que daba gran contento mirarla y oírla porque era muy apacible y graciosa en todas sus palabras y acciones, lo que lleva a pensar, que en las distancias cortas aún debía percibirse mejor su atractivo natural, que acaso, cautivaba. Y, en fin, con respecto a su constitución corporal, la discípula descalza precisó que era gruesa más que flaca y en todo bien proporcionada.

 


Sculpture and photp by Jennifer Mann.

LA NUEVA VERA EFFIGIES ESCULPIDA POR JENNIFER MANN

Como ya se ha indicado, hasta no hace tanto, la descripción de María de San José y la obra pictórica de fray Juan de la Miseria eran las dos fuentes claves para aproximarse a la apariencia física de la mística, sin embargo, desde finales de marzo de 2025, disponemos de otra más.

Así, el pasado verano fue muy importante para todos aquellos que soñaron alguna vez con poder contemplar una imagen “lo más real posible” de Teresa de Jesús pues tras 110 años, en agosto de 2024, volvió a abrirse su sepulcro y el cuerpo incorrupto de la Santa fue estudiado en profundidad. La apertura se realizó con gran solemnidad aunque en esta ocasión no fue por motivos devocionales, sino científicos. El cadáver fue entonces examinado de manera exhaustiva, pero también, completamente fotografiado y radiografiado para que un grupo de expertos italianos, con la aprobación del Vaticano, pudieran llevar a cabo un amplio y riguroso estudio.

Con posterioridad, el profesor Ruggero D’Anastasio contactó con la escultora forense Jennifer Mann para reconstruir el rostro de Teresa. Y según explica la escultora en un video ampliamente difundido por Internet, los investigadores le proporcionaron diversos datos, medidas antropomórficas y radiografías tomadas desde varios ángulos.

Todo ello, añadido a la información que Jennifer Mann pudo obtener de la primera vera effigies y de la descripción de María de San José, le sirvió a la escultora australiana para reconstruir el rostro de Teresa en varias etapas. En verdad, si consideramos la combinación armónica de la información, el rigor científico y la metodología utilizada, todo indica que Jennifer Mann ha logrado esculpir un rostro muy parecido al que tuvo Teresa de Jesús en vida. Sin duda, ha esculpido una nueva vera effigies.

 


Santa Teresa de Jesús. Obras completas I. Biblioteca de Autores Cristianos 74. Año 1951.

UN POCO MÁS CERCA DE LA VERDAD HISTÓRICA

En conclusión, si algo se ha puesto en evidencia tras la última apertura del sepulcro de Teresa de Jesús, es que nada debe considerarse definitivo en su biografía. Así es, ya que todo es susceptible de mejora. El estudio llevado a cabo por los investigadores y el trabajo realizado por la escultora forense Jennifer Mann han demostrado a través de los datos obtenidos y de la nueva vera effigies, que es posible caminar hacia la verdad histórica de Santa Teresa de Jesús y mejorar su biografía. Si tenemos en cuenta toda la información que ahora existe, ningún artista debería tener grandes dificultades para representar la figura de la mística española de un modo realista. Así es, porque ahora, cualquier persona puede imaginar su cuerpo y su rostro fácilmente.

Todo esto puede parecer un avance lógico o normal, pero lo cierto, es que en el caso de Santa Teresa su biografía no ha progresado significativamente desde la segunda parte del siglo XX, y por lo que atañe al tema leonés, todavía perdura la omisión de información. Esto resulta bastante llamativo si tenemos en cuenta la supresión de textos que tuvo lugar hace algunas décadas en la obra Tiempo y vida de Santa Teresa, la cual, ha acabado por convertirse en la principal referencia biográfica de la Santa para muchas personas, especialmente, para aquellas que asocian sin dificultad la difusión comercial con el rigor científico. Así, hoy en día, numerosos curiosos, devotos, turistas, periodistas y otras muchas personas interesadas, creen a ciegas en su contenido. Incluso, aunque nunca hayan leído de forma pausada a Santa Teresa Jesús, ni se hayan detenido a analizar las fuentes históricas.

Más concretamente, respecto a las informaciones relacionadas con la Cepeda y los Cepeda, es necesario señalar que la obra Tiempo y vida de Santa Teresa fue iniciada por Efrén de la Madre de Dios y publicada en 1951, dentro del volumen 74 de la BAC. Por entonces, fray Efrén trató el tema adecuadamente y se hizo eco de las fuentes escritas que siempre han vinculado a Santa Teresa con la provincia de León y la familia Cepeda. Aunque algunos años después, cuando Tiempo y vida de Santa Teresa se amplió y adquirió el rango de monografía, los diferentes contenidos que podían relacionarla de algún modo con la provincia de León, se eliminaron. Pero además, debe señalarse que en esta obra también existen otros importantes descuidos  históricos, ya que la ausencia de rigor científico en algunos puntos biográficos ha ocasionado que edición tras edición, se sigan difundiendo varios errores, alguno, incluso contradiciendo las palabras de Teresa de Jesús, ya que los responsables del texto consideran que Teresa se equivoca al escribir sobre su propia vida, y que la información correcta, es la que ellos nos ofrecen a través de sus deducciones intelectuales.

Sin embargo, el camino hacia la verdad histórica es posible y otros trabajos rigurosos sí que están permitiendo conocer mejor a la religiosa carmelita. Este es el caso del llevado a cabo por el equipo de investigadores ya mencionado, así como por la escultora forense Jennifer Mann. En efecto, ya que a través de los datos obtenidos y de la nueva vera effigies han conseguido aproximarnos mucho más a la verdadera apariencia física de Teresa de Jesús. Sin duda alguna, se ha dado un gran paso hacia adelante y ahora todos nos encontramos un poco más cerca de la verdad histórica. En fin, seamos pacientes porque… la paciencia todo lo alcanza.


Miguel Ángel Domínguez Pérez





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