Desde Teresa Sánchez de Cepeda hasta Santa Teresa de Jesús superando obstáculos.


Copia de Alfred Dehodencq (1850) del cuadro
realizado por fray Juan de la Miseria en tiempos de la religiosa Teresa de Jesús. Se encuentra en el Ayuntamiento de Sevilla.



 DE TERESA SÁNCHEZ DE CEPEDA A TERESA DE JESÚS

Teresa Sánchez de Cepeda, la descendiente de Vasco Vázquez de Cepeda, la nieta de Inés de Cepeda y Juan Sánchez de Cepeda, o sea, la queridísima hija de don Alonso Sánchez de Cepeda, no tuvo las cosas fáciles durante su vida. En efecto, no fue nada fácil quedarse sin madre a temprana edad, ni la superación de diversas enfermedades, ni recorrer miles de kilómetros por los penosos caminos de entonces, ni mantener una numerosa correspondencia epistolar, ni tampoco convivir en aquel tiempo con sus sospechosas vivencias espirituales, y en fin, qué decir de la laboriosa fundación de los conventos reformados. En verdad, ni tan siquiera fueron pacíficos los inicios de su primera casa, la de San José, ya que la ciudad de Ávila se le echó encima.

Pero ni la ciudad de Ávila ni nadie, pudo con la emprendedora nieta de Juan Sánchez de Cepeda e Inés de Cepeda. Teresa de Jesús fue una religiosa persistente, talentosa y resolutiva, que supo sortear todo tipo de obstáculos y consiguió transmitir como legado a sus sucesores carmelitas, una obra ingente. Además, una vez culminadas todas sus tareas literarias y espirituales, más concretamente tras su canonización, tal y como era lógico, también se convirtió en modelo religioso universal y en interesantísima materia de estudio.


DE TERESA DE JESÚS A SANTA TERESA DE JESÚS

La carmelita Teresa de Jesús falleció durante las últimas horas del jueves 4 de octubre de 1582, en la población salmantina de Alba de Tormes. En España se pasó entonces del calendario juliano al gregoriano y por esta razón, el día siguiente, viernes, fue 15 de octubre. A partir de ese día su reforma empezó a caminar sin ella y solamente unas décadas después, el 24 de abril de 1614, fue beatificada por Pablo V. Algunos años más tarde, el 12 de marzo de 1622, fue canonizada por el papa Gregorio XV, y de esta manera, por fin, acababa por oficializarse lo que tanta gente estaba esperando: Santa Teresa de Jesús.


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