La Cepeda, Los Cepeda y las raíces leonesas de Santa Teresa de Jesús.

 


Armas de Alfonso IX. León púrpura en campo de plata. Estas también fueron las armas de los Cepeda hasta que llegado el segundo cuarto del siglo XIII, le añadieron la bordura de gules con las ocho cruces de San Andrés.



EL ENTORNO CEPEDA EN EL QUE CRECIÓ, SE HIZO RELIGIOSA Y FUNDÓ SANTA TERESA

La relación existente entre la religiosa Teresa de Jesús y la geografía leonesa no fue desconocida en el pasado, ni tampoco, ignorada. Por eso, tras su fallecimiento y de modo aún más visible, tras su canonización, no faltaron testimonios que reconocieran esta circunstancia desde diferentes ámbitos. Teresa Sánchez de Cepeda pertenecía a una familia que hundía sus raíces en Quintana del Castillo y dicha familia acabó siendo la más importante para ella, ya que sin el importante apoyo de sus miembros no habría podido llevar a cabo su magna obra.

La pequeña Teresa pasó su infancia en un hogar privilegiado que le dio la oportunidad de adquirir una primera formación, inaccesible para la mayor parte de niños en su época. Nació en un hogar donde había libros y su padre los tenía en romance para que sus hijos los leyeran. Don Alonso, que era hijo de Juan Sánchez de Cepeda e Inés de Cepeda sentía predilección por ella, que siempre lo supo y le correspondió. Por eso, el perfil Cepeda de Teresa tuvo que intensificarse continuamente, y ya plenamente, cuando don Alonso quedó como único responsable de su porvenir tras el fallecimiento de doña Beatriz Dávila. Teresa alcanzaba por entonces los doce años y ese cariño especial hizo que su padre siempre estuviera atento a cualquier evolución, por lo que las circunstancias hicieron que finalmente la dirigiera hacia Nuestra Señora de Gracia. Era este un convento donde se educaban doncellas nobles y cuando Teresa entró en él, era enemiguísima de ser monja, pero al salir, ya no.

Lo cierto, es que la familia Cepeda fue decisiva en muchos momentos de su vida y no solamente porque dos de sus cuatro abuelos pertenecieran a ella. Sin su tío Pedro tal vez no hubiera llegado a la conclusión de que ser monja era el mejor y más seguro estado, y en fin, sin el dinero que don Alonso pagó para satisfacer las exigencias del monasterio de la Encarnación, la joven Teresa no habría podido entrar y dedicarse a la vida religiosa. Por otra parte, tampoco debe olvidarse que cuando los médicos la desahuciaron solo los Cepeda conservaron una esperanza que finalmente, se reveló acertada. La familia Cepeda siempre estuvo a su lado y el apoyo también fue decisivo muchos años después, cuando llegó la hora de materializar el proyecto reformador ideado por la entonces indefensa monja carmelita, ya que era necesario edificar y para que los habitantes de la ciudad de Ávila no lo impidieran, Teresa recurrió a la complicidad de su hermana y su cuñado, así como a la generosísima aportación económica de su hermano Lorenzo. Es evidente, sin la complicidad de su hermana y sin el dinero de Lorenzo de Cepeda, la fundación de San José no se habría llevado a cabo y la reforma teresiana no habría visto la luz.


Armas de los Cepeda en tiempos de Santa Teresa de Jesús. Los Cepeda añadieron una bordura de gules con ocho cruces de San Andrés a sus armas primitivas, tras haber participado en la conquista de Baeza.


LOS CEPEDA. LOS ORÍGENES LEONESES DE LA FAMILIA

Los contemporáneos de Teresa pudieron ver la protección ofrecida por los Cepeda y los posteriores conocieron numerosos detalles de boca de sus mayores. Más tarde, al buscar información sobre la ascendencia de Teresa Sánchez de Cepeda finalmente se divulgaron los orígenes leoneses de la familia, así como la posterior expansión de esta por otras provincias. Todo ello era suficientemente conocido antes de concluir el siglo XVI, puesto que la rama segoviana participó a través de Rodrigo de Tordesillas en el primer intento de canonización impulsado desde las Cortes en 1596. En fin, las raíces leonesas de Teresa de Jesús y los Cepeda obtuvieron reconocimiento público a través de la carta que Rodrigo de Tordesillas Cepeda escribió a Clemente VIII.

Durante los siglos posteriores las informaciones sobre la santa carmelita y los Cepeda continuaron trasmitiéndose. Al respecto, puede destacarse la labor llevada a cabo por los historiadores de la Orden de los Carmelitas Descalzos, ya que tras la canonización de Santa Teresa siempre tuvieron espacio en sus obras para poner al alcance del público los orígenes leoneses de la familia Cepeda. Uno de ellos, Francisco de Santa María, era descendiente de esta familia y no perdió la ocasión que se le presentó en el año 1644, para recordar a los lectores que él descendía de una hermana de la abuela de Santa Teresa. En verdad, el reconocimiento de los carmelitas descalzos a través de las obras más representativas de cada época, tuvo lugar siglo tras siglo hasta mediados del siglo XX. Pero a partir de entonces, esa antigua costumbre de dar a conocer las raíces leonesas de Santa Teresa de Jesús desapareció, dándose la casualidad que esta omisión de los Cepeda y la Cepeda coincidió en el tiempo con la llegada a España del denominado boom turístico.

 

UN RECONOCIMIENTO GENERALIZADO

Sin embargo, no fueron los carmelitas descalzos los únicos en dar a conocer las raíces leonesas de Santa Teresa a través de sus obras escritas, ya que también lo hicieron más autores desde otros ámbitos. No debió resultar excesivamente difícil acceder a estas informaciones familiares relacionadas con Santa Teresa, ya que desde finales del siglo XV, concretamente desde el año 1500, la Justicia empezó a reconocer las raíces leonesas a sus antepasados más inmediatos. En efecto, a través de una ejecutoria de hidalguía del 5 de febrero de 1500, lo había hecho a su abuelo Juan Sánchez de Cepeda. Y mediante otra ejecutoria del año 1523, a su padre y tíos. Además, el siglo XVI, concluyó con el primer intento de canonización que se impulsó desde las Cortes y en él participó de forma muy significativa, escribiendo al papa Clemente VIII, su pariente Rodrigo de Tordesillas Cepeda.

Por otra parte, debe señalarse que las raíces leonesas de los Cepeda también fueron reconocidas desde los entornos nobiliario y regio. Respecto al nobiliario, puede interpretarse a través de la certificación de Diego de Urbina, el que fuera rey de armas con Felipe II, Felipe III y el Rey Planeta, mientras que desde el regio, mediante un traslado autorizado a favor de los caballeros hijosdalgo notorios del castillo y jurisdicción de Cepeda. Este documento es importante porque la ilustración de la Virgen del Carmen descalza resulta significativa, ya que la tierra y gentes de la Cepeda no tenían ninguna tradición carmelita. En verdad, su inclusión es reveladora porque a través de ella identifica a las gentes y tierra de la Cepeda con una reforma carmelita y en consecuencia con Santa Teresa, o sea, con el único punto de conexión carmelita que existía. Por otra parte, dicha inclusión se hace durante el reinado de un rey nacido en Versalles y por tanto, completamente ajeno a las dinastías Borgoña, Trastámara y Austria con las que se relacionaron los Cepeda, y además, en lo referente a la rivalidad entre Santa Teresa y Santiago por el patronazgo de España, este rey mostró su preferencia hacia Santiago. Es decir, Felipe V no sentía ningún interés especial hacia Santa Teresa y su reforma, pero mediante la inclusión de la ilustración de la Virgen del Carmen en el documento, se hizo eco de un reconocimiento, que por entonces, ya contaba con una larga tradición.

En definitiva, por todo lo expuesto, debe concluirse que las raíces leonesas de Santa Teresa de Jesús además de ser evidentes, fueron conocidas, asimiladas y más tarde reconocidas desde diferentes ámbitos. Así sucedió siempre hasta que a mediados del pasado siglo XX, coincidiendo con la llegada a España del boom turístico, todo lo relacionado con sus raíces leonesas y la familia que le posibilitó acceder al estado religioso, materializar su reforma y que más tarde reclamó su canonización, empezó a desaparecer u ocultarse.


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