A la velación de la hermana María de los Ángeles
Hermana, por que veléis,
os han dado hoy este velo;
y no os va menos que el cielo;
por eso, no os descuidéis.
Aqueste velo gracioso
os dice que estéis en vela,
guardando la centinela,
hasta que venga el esposo.
Que como ladrón famoso,
vendrá cuando no penséis;
por eso, no os descuidéis.
No sabe nadie a cuál hora;
si en la vigilia primera,
o en la segunda o tercera,
todo cristiano lo ignora.
Pues velad, velad, hermana,
no os roben lo que tenéis;
por eso, no os descuidéis.
En vuestra mano encendida
tened siempre una candela,
y estad con el velo en vela,
las renes muy bien ceñidas.
No estéis siempre amodorrida.
catad que peligraréis;
por eso, no os descuidéis.
Tened olio en la aceitera
de obras y merecer,
para poder proveer
la lámpara, que no muera.
Porque quedaréis de fuera,
si entonces no la tenéis;
por eso, no os descuidéis.
Nadie os le dará prestado;
y si lo vais a comprar,
podríaseos tardar,
y el esposo haber entrado.
Y desque una vez cerrado,
no hay entrar, aunque llaméis;
por eso, no os descuidéis.
Tened continuo cuidado
de cumplir como alma fuerte,
lo que habéis hoy profesado.
Porque, habiendo así velado,
con el esposo entraréis;
por eso, no os descuidéis.
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